Froome sentencia la Vuelta en Logroño


Supongo que Chris Froome no ha tenido ocasión de visitar la calle Laurel de Logroño ni de hacer turismo, pero aun así no olvidará fácilmente la capilla riojana. No la recordará, como todos los demás, por su exquisita gastronomía ni por la belleza y armonía de sus calles a orillas del Ebro, pero sí porque aquí fue donde dio un paso de gigante para ganar, al fin, su primera Vuelta Ciclista a España. El corredor británico ha sido una bala roja en los 40 kilómetros de recorrido que separaban el circuito de Navarra del centro de Logroño, donde ha concluido una contrarreloj que se presumía decisiva y que lo ha sido por obra y gracia del corredor que domina el Tour de Francia a su antojo desde hace años pero al que se le resistía la Vuelta. 

En medio de un ambiente excepcional desde primera hora de la mañana y con un tiempo magnífico, tanto que los abanicos de cartón que regalaban los patrocinadores de la Vuelta eran el objetivo más codiciado entre quienes asistíamos a la carrera, Logroño ha presenciado un recital de Froome. No tan descomunal como los que ofrecía Miguel Indurain, insigne invitado hoy de la Vuelta, pero sí lo suficientemente contundente como para albergar pocas dudas de quién llegará vestido de rojo a Madrid si no hay un cataclismo de aquí al próximo domingo. Es el más fuerte de la carrera, su amo y señor, y hoy no ha dejado pasar la ocasión de demostrarlo. Ya tiene a todos sus rivales a más de dos minutos en la general, tras sacar 29 segundos a un colosal Wilko Kelderman, 57 segundos a Vincenzo Nibali y 59 segundos a Ilnur Zakarin y a un Alberto Contador que ha sido el corredor más aplaudido, entre pancartas de agradecimiento por su carrera y gritos de júbilo cada vez que Juan Mari Guajardo, el speaker de la Vuelta, (siempre impecable) pronunciaba el nombre del pinteño. 

Como si le quisiera dar emoción, igual que cuando no salta a los ataques en las jornadas de mañana y nos hace caer en la trampa de pensar que estar atravesando un mal momento, Froome marcó el cuarto mejor tiempo en el primer punto intermedio. No estaba tan clara su victoria parcial, pues, ya que marchaba peor que Kelderman, Zakarin y Contador en ese punto intermedio en el kilómetro 13, ayer 12+1 en recuerdo del motociclista Ángel Nieto, fallecido este verano. En el siguiente punto intermedio, Froome devolvió la Vuelta a su realidad: aquí manda él. Con claridad, sin más intriga que la estrictamente necesaria, sin espacio para demasiadas dudas. El ciclista británico supo regular y fue de menos a más para ganar su segunda etapa en esta Vuelta y poner pie y medio en el primer puesto del podio final de Madrid. 

La ceremonia del podio de hoy, muy concurrida y ruidosa por una protesta de empleados municipales contra la alcaldesa de Logroño, ha reflejado a las claras quién es el patrón de esta carrera. Froome recibió el premio de ganador de la etapa de manos de la abucheada alcaldesa, pero también el de más combativo de manos de Indurain (nueve Tour les contemplan), el maillot verde de la regularidad y el rojo de líder. Sólo dejó el blanco de la combinada a Superman López, que también es el mejor joven (premio sin maillot por falta de patrocinador), y el blanco a puntos azules de la montaña a Davide Villela. En esa ceremonia se veía a Froome feliz. Para él la Vuelta no es una carrera más. Aquí es donde demostró ser un ciclista de rondas por etapas. Mucho tiene que significar la carrera para disputarla a tope tras el enorme esfuerzo del Tour, una prueba que justifica por sí sola una temporada. 

De paso, Froome desmontará el mito, tantos años extendido, de que no es posible disputar con garantías una Vuelta tras correr el Tour. Si no ocurre nada extraño de aquí al domingo, el corredor del Sky, diríamos que el segundo más aplaudido en las calles de Logroño tras Contador, será el primero de la historia en ganar Tour y Vuelta el mismo año desde que la carrera española se corre después de la francesa (antes se corría en abril). Palabras mayores. Por su profesionalidad, su humildad y su respeto a este deporte y a esta carrera, la Vuelta le debe mucho a Froome, igual que todos los amantes del ciclismo. 

Zanjada la lucha por el primer puesto de la general, queda algo abierta la batalla por el podio. Nibali es segundo a 1:58 de Froome y Kelderman, tercero a 2:40. Ambos han demostrado en lo que va de Vuelta y en su excepcional crono de hoy que serán huesos duros de roer. Sus más inmediatos perseguidores son Zakarin, que está a 27 segundos del podio; Contador, a 2:18 y López, a 2:45. Lo tienen difícil el ruso, el español y el colombiano, pero este último ha demostrado con creces que es el mejor escalador de esta Vuelta, mientras que Contador querrá dejar su sello de ciclista aguerrido hasta el final, especialmente en las etapas de mañana en Los Machucos y del sábado en el Angliru. 

Por cierto, no es ninguna novedad y se aprecia por televisión cada día, pero siempre impresiona más cuando se vive in situ: la pasión que despierta Contador entre los aficionados es indescriptible y contagiosa. El momento más intenso del día ha sido su entrada en meta, marcando entonces el mejor tiempo, que luego sería mejorado por Froome y compañía. El ciclista de Pinto puede sentirse satisfecho, al menos, de dos cosas en su despedida: se está marchando siendo competitivo hasta el final y lo está haciendo rodeado del cariño de los aficionados. Se le echará mucho de menos. 

Tampoco es novedad, pero sólo se vive de verdad cuando se ve desde cerca, el impresionante despliegue de la Vuelta, una ciudad rodante. Operarios, fuerzas del orden, periodistas, invitados... La Vuelta es un evento fastuoso, el mayor acontecimiento itinerante del país. Por más que se visite, no dejan de impresionar sus dimensiones y que todo salga bien durante tres semanas seguidas. Decían los medios locales de La Rioja estos días que el impacto económico de la Vuelta en Logroño sería de unos 600.000 euros. Y no extraña. No se puede obviar la exposición mediática que ofrece la carrera, una enorme plataforma publicitaria de promoción turística en el centenar largo de países a los que llegan las imágenes de la prueba. Yo tenía muchas ganas de visitar Logroño y el aliciente definitivo ha sido la llegada de la Vuelta. Podía pensar que eso solo hablada de mi nivel de frikismo con el ciclismo y no de la capacidad de atracción de la carrera, pero hoy he visto a mi lado en las calles de Logroño a colombianos, británicos, argentinos y holandeses (con los dorsales en la mano para saber quién era cada corredor qué pasaba por delante). La Vuelta, en fin, es mucho más que un evento deportivo de primera magnitud. Por eso gusta tanto acercarse a ella, para ver esa otra cara que no siempre vemos por televisión, y para renovar los votos con una carrera y con un deporte que nos enamoran un poco más cada día. 

Comentarios

Javier ha dicho que…
Me gustaría hacer dos comentarios:
- Creo que me equivoqué el otro día con la predicción de que Froome pincharía en la última semana, pero creo que hoy Machucos y el Angliru no va a ser una fiesta para él, ojalá no me equivoque y podamos seguir viendo espectáculo. Contador lo va a intentar seguro y estará en el podio.
-Sobre lo que supone el despliegue de la Vuelta, totalmente de acuerdo, pero hay una cuestión que no puedo por menos que criticar: la distancia entre el ciclista y el espectador. Esta distancia no la cuida la Vuelta, es infinita. Ya sé que es un deporte agotador, extremo, pero la Vuelta (y los propios ciclistas) debería cuidar que los ciclistas pudieran estar más cerca de los espectadores. Hay muchas formas de hacerlo, mediante firmas, entrevistas, espacios de encuentro...La verdad, no es agradable estar 3 horas esperando una llegada masiva, ver pasar un pelotón agrupado, je je, y luego no tener ningún contacto con los ciclistas, salvo ponerte en la entrada de un hotel o cosa por el estilo.
Alberto Roa ha dicho que…
Buenas, Javier

Muchas gracias por leer y comentar. Sí, yo también creo que Machucos y el Angliru pueden dar mucho juego, veremos. Pero se ve tan sólido a Froome que quizá la batalla se centre más en la lucha por el podio. Respecto a lo que comentas de la Vuelta, tienes razón. Ayer por ejemplo no dejaron acceder al podio al espectador medio, y tuvimos que verlo detrás de las vallas. De alguna manera deberían abrirla más al público y no sólo a los invitados. Un saludo.